domingo, 8 de agosto de 2010

Ocho dias afuera, lluvia, frio, amistad, competencia, canciones, carreras, excursiones a la colonia tovar, un viaje de ida de diez horas, otro de vuelta igual, caras sucias, botas pesadas de barro, camisas con un olorcito que solo una madre o un padre serian capaces de abrazar, expresiones entre cansancio y hambre, lagrimas que se salian solas, pero quien dijo que los scouts no lloran, abajo de la capa protectora de barro caras como estas, felices y satisfechas.

"Mama tengo hambre... primero te bañas, mejor dicho ve al patio llena una ponchera y remojate por una hora y despues comes... ya me bañe... dejame ver... que es esta pelota de barro en la oreja... mamaaaaa... esta bien come mi amor... ¡mastica! parece que tuvieras años sin comer... mama estoy obstinada de comer mi comida, me hacia falta la tuya... ¿ya terminaste? y dime, ¿como te fue?... buenisimo, nos llovio, hacia un frio de espanto, me toco ser intendente de la patrulla y salia con los otros intendentes al abasto a comprar las provisiones, se nos cayo la carpa a mitad de un palo de agua, nos quedamos sin un par de medias secas, una de las muchachas es karateka y nos daba patadas todas las noches mientras dormia... ¡hija!, este... y... ¿volverias otra vez?... CLARO QUE SI MAMA, ME FUE FINO."

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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